Ciudades y Cultura
Braunschweig: La ciudad de los leones y los científicos
Una ciudad muy rica en tradición, pero también moderna. Braunschweig te ofrece una impresionante evidencia de su rica historia. Sin embargo, la arquitectura contemporánea, su animada escena artística y cultural y los espaciosos parques también ejercen su encanto.
El duque Enrique el León hizo de Braunschweig su residencia real en el siglo XII y la convirtió en un poderoso centro de comercio. El castillo de Dankwarderode y la catedral de San Blasii, de estilo románico, todavía recuerdan a este gran ciudadano de Braunschweig. Más tarde, Braunschweig se convirtió en una ciudad imperial y, por tanto, en uno de los centros más importantes de Europa. Hasta el siglo XX, los güelfos dieron forma al desarrollo de la ciudad, no solo como constructores, sino también como patrocinadores de la ciencia y el arte. Tal vez esta sea una de las razones por las que Braunschweig tiene el título de "Ciudad de la Ciencia" desde 2007. Pero eso no le impide disfrutar al mismo tiempo de la reputación de una vibrante ciudad de compras.
Braunschweig es también una ciudad cultural: el Museo Herzog Anton Ulrich, por ejemplo, está considerado como el museo de arte más importante del estado de Baja Sajonia. La colección de obras antiguas es una de las más completas de Alemania. No deberías perderte una visita al Magniviertel. En uno de los barrios más antiguos de Braunschweig que alberga casas de entramado de madera, restaurantes, pintorescos pubs, pequeñas tiendas y acogedores cafés que se alinean uno al lado del otro. Además, en la plaza de la iglesia, las mesas y sillas de los comedores estarán de pie para ustedes bajo el sol.
Braunschweig es también una ciudad cultural: el Museo Herzog Anton Ulrich, por ejemplo, está considerado como el museo de arte más importante del estado de Baja Sajonia. La colección de obras antiguas es una de las más completas de Alemania. No deberías perderte una visita al Magniviertel. En uno de los barrios más antiguos de Braunschweig, casas de entramado de madera, restaurantes, pintorescos pubs, pequeñas tiendas y acogedores cafés se alinean uno al lado del otro. Y en la plaza de la iglesia, las mesas y sillas de los comedores adyacentes estarán de pie para ustedes bajo el sol, cuando el pequeño pero fino mercado de granjeros no es precisamente tentador.