Inspiring Germany
Maravillosos y relajantes: 7 cruceros fluviales
Conocer Alemania desde un barco es encantador y agradable. Navegue tranquilamente por paisajes únicos y descubra cosas nuevas. Estos cruceros fluviales son especialmente bonitos:
A lo largo del Rin y el Mosela: de Colonia a Tréveris pasando por Rüdesheim
Las uvas de los deliciosos vinos alemanes crecen en las laderas del Rin y del Mosela. Sin embargo, no sólo se deslizan hermosos viñedos, sino también bonitos pueblos vinícolas, emocionantes castillos e interesantes ciudades, así como la famosa roca de Loreley. Dependiendo de la época del año y de la hora del día, el paisaje cambia y se atraviesan paisajes floridos y bosques coloridos y se admira la belleza de este mundo a la luz dorada del atardecer.
De la acogedora Passau a la moderna Fráncfort: el Canal del Meno-Danubio
Sentado en la terraza o acurrucado en un sillón cuando llueve: el viaje desde Passau por el Canal del Meno-Danubio hasta Fráncfort le ofrece encantadoras vistas de las típicas ciudades de Baviera y Franconia. Y todo ello totalmente relajado. Para cambiar de aires, podrá participar en diversas excursiones. La romántica ciudad con entramados de madera de Rothenburg ob der Tauber, por ejemplo, merece sin duda una visita, pero explorar Würzburg es igual de emocionante. La ciudad de Fráncfort, de gran riqueza cultural, ofrece muchas emociones al final del viaje.
De la capital de moda, Berlín, al mar en Stralsund
Descubrir la capital desde la cubierta de un barco es perfecto, porque se pueden vislumbrar fácilmente muchos lugares famosos mientras se navega. Pronto se vuelve más tranquilo, la naturaleza se impone y navegamos a lo largo de ríos serpenteantes, a través de canales perfectamente rectos, descubriendo pequeñas bahías y paisajes pintorescos. Al final, nos espera el mar abierto.
Contraste y magnificencia: de Fráncfort a Miltenberg
Espacios naturales inesperados y fauna diversa: podrá estudiar la naturaleza del segundo río más largo de Alemania a su antojo en un crucero fluvial de Fráncfort a Miltenberg. La metrópoli del Meno ofrece numerosos lugares de interés, pintorescos restaurantes y pubs de moda, mientras que las casas medievales con entramado de madera enclavadas entre las colinas de Spessart y Odenwald le esperan en Miltenberg, el destino por excelencia. ¡Qué bonito! Mientras tanto, se degusta el vino, la Edad Media en Bamberg cobra vida y, en definitiva, se recogen impresiones inolvidables.
Memorable y mágico: de Potsdam a Dresde
Plazas históricas, jardines encantadores, castillos e interesantes museos: Potsdam ofrece todo esto. El crucero fluvial comienza aquí y pronto le llevará por el pintoresco valle del Elba hasta Dresde, la capital de Sajonia, con sus singulares vistas y sus hermosos prados del Elba. Pero no sólo podrá descubrir dos importantes ciudades y su riqueza cultural. Su alma puede relajarse en este viaje: se deslizará tranquilamente por varias reservas naturales como el Niederlausitzer Landrücken con sus páramos, así como extensos bosques o el Elbsandsteingebirge con sus extrañas formaciones rocosas.
Entre la ciudad y el campo: Hamburgo - Berlín
Dos ciudades excepcionales, un crucero fluvial y, entre medias, impresiones inolvidables y momentos de tranquilidad. Navegue unos 400 kilómetros a través del país y le esperan lugares destacados como el ascensor de barcos de Scharnebeck, la Autostadt Wolfsburgel nudo fluvial de Magdeburgo, el río Havel en Potsdam y nueve esclusas que sortear. Y lo mejor está por llegar, cuando el crucero le lleve al centro de la capital alemana y le haga pasar por el distrito gubernamental de Berlín. Eso sí que es una experiencia.
Un romance para saborear: de Saarbücken a Stuttgart
El encantador sur de Alemania: el tranquilo viaje de Saarbrücken a Stuttgart a lo largo de cuatro ríos es perfecto si busca el romance. Su crucero navega tranquilamente entre idílicos viñedos, pintorescos pueblos, acogedoras ciudades y pintorescos castillos. En Maguncia y Tréveris, los antiguos romanos envían sus saludos, y en Stuttgart, los viñedos, las innumerables escaleras, los restaurantes y los museos le llaman la atención. Heidelberg, Bernkastel-Kues y Saarbrücken también invitan a pasear, comer pastel y admirar. La calma es el camino a seguir.